Debe ser una satisfacción poder tener la posibilidad de abandonar algo que, al menos desde fuera, es un colectivo engrasado y en el que parece que el buen rollo que transmiten delante de las cámaras también está cuando se apagan los focos. Pero esa opción de escoger trabajar menos y, presumiblemente, en el formato que te vio nacer artísticamente (los monólogos de ‘El Club de la Comedia’) creo que es tan atractiva para Ángel Martín que ha tomado una decisión valiente, pero a riesgo de darle una puñalada al programa que lo recuperó para la televisión en abierto.
¿Sobrevivirá el programa sin él? Creo que está más que consolidado, y hoygan, me gusta más ahora que cuando hablaban del corazón. Es más, con su última revolución han alcanzado un estilo que resulta tan reconocible y atractivo como el de sus hermanos mayores (‘El Intermedio’ y ‘Buenafuente‘). Por mi parte, me gustaría que se mantuviera en pantalla, aunque no lo vaya a ver hasta dentro de un año y algo (mis costumbres cambian, y ahora como antes, y lo haré igualmente cuando prepare el MIR, así que no me podré permitir ese sano zapping para el ¿Qué está pasando?), pero ya no sólo por ellos, sino porque eso dejaría el camino despejado al desperpento de ‘Tonterías las justas’ (‘El Hormiguero’ con jamonas, ¿no?). Sigue leyendo
A estas horas sólo se sabe que ha sido hallado sin vida. Sólo quiero agradecerle los buenos momentos que me ha brindado, especialmente con la selección de baloncesto desde el Mundobasket de Japón, con la NBA, y luego, fugazmente, con los motes en el fútbol.
Por mi parte, está claro a quién quiero ver en el access-prime-time, o como se llame esa franja entre después del Telediario y el programa fuerte de la noche. Con un G-20 que es un mashup entre Pecado Original, el Tomate, XQ no te callas, y otras basuras, con un Risto que se siente más incómodo que Angelino cuando Carmen Alcayde le pillaba mirándole el escote, y con un Hormiguero que se parece más a una continua (y excesiva, y aburrida, y cargante) fiesta de cumpleaños que al programa inteligente que era ‘No somos nadie’, o los primeros «Hormigueros», de las tardes de los domingos, en los que la sección del kiosko y las intervenciones de Luis Piedrahita eran cruciales, los monólogos de Pablo Motos, ocurrentes, y los protagonistas de las entrevistas eran Trancas y Barrancas, y no las estrellas Disney de turno, o algún actor de alguna serie de Cuatro. Ahora, entre la publicidad, el histrionismo de Flipy y la megalomanía de Pablo Motos…es infumable.
Ya sé que le faltan jugadores clave (principalmente Calderón, y en cuanto a nivel colectivo, se echa mucho de menos a Carlos Jiménez), han llegado mal de forma al Europeo gente como Gasol, Garbajosa y algún que otro lesionado, y creo que el ambiente en el vestuario con los nuevos ya no es igual… Scariolo no sabe explotar lo mejor del grupo, Cabezas y Llull no están a la altura, Rudy y Navarro apenas juegan juntos, por lo que sólo tienen arreones individuales de vez en cuando que nos impide conseguir buenas rentas, y Pau está con el peor porcentaje de tiros libres de su carrera… Ricky Rubio es incapaz de soportar toda la tensión de este verano (su fichaje, ser el base titular de las selección con 18 años, que las cosas por primera vez en mucho tiempo vayan mal…)Así lo tenemos difícil, eh?
No, esto no es un anuncio de autobombo (¿o auto-zambomba?). Lo recogía esta semana 
Si os fijáis, sólo llevo 2 meses con blog propio. Aunque lector asiduo de muchos, no me animaba a coger un día, ponerle nombre a uno, y empezar a publicar. A cambio, me dedicaba a escribir lo que tendría aquí cabida en otras redes sociales -sí, tuve 
No tengo remedio 