Hace unos (cuantos) años, en una reposición de El Club de la Comedia, Emilio Aragón -el señor de laSexta-, que entonces era su presentador, soltó una frase memorable, en esos guiños entre monólogo y monólogo. ‘El momento en que de verdad te das cuenta de que te estás haciendo viejo es cuando tus ídolos son más jóvenes que tú: los futbolistas, los músicos, los actores porno…‘ Para un trientaañero puede ser una frase lapidaria, pero para mí nunca tuvo el sentido de «sentirme-acabado-porque-ya-me-siento-viejuno», sino más bien algo del estilo de «éstos-viviendo-que-te-cagas-mientras-yo-me-rompo-los-cuernos-y-los-codos-chapando». Bueno, los actores porno nunca me han dado envidia. Debe ser una putada tener que picar con esa cantidad de focos y cámaras apuntando a tus zonas pudendas…
El caso es que desde los 18 iba recibiendo señales de que gente de mi edad, año arriba, año abajo, a los que acababa por sentir fascinación. Y siempre era cíclicamente, con la etapa de deportistas, y la de músicos. Es que joder, soy contemporáneo de Del Potro, o de Agüero (sí, y Rihanna, Elena Furiase y Ana de Armas son también de mi año…), y cracks como Gerard Piqué, Cesc, Messi, Andy Murray o Djokovic me sacan un año (y Joss Stone, y la mayoría de los Arctic Monkeys y los Kooks) -son de la edad de la mayoría de mis amig@s-.
Y particularmente, me cuesta sentir admiración por gente tan joven. Como inconscientemente, son personas que ubicas en otra galaxia, no te paras a pensar que tú podrías estar en su lugar. Y cuando lo haces, te frustras. Y no debería ser así, leñe. Es que parece que tú no estás ahí por algo que has hecho mal…
El caso es que cada día estoy más convencido de que Fábregas es mi futbolista favorito. Y posiblemente el primero al que veo crecer y alcanzar su apogeo con objetividad. Porque sí, adoré en su momento a Mostovoi, a Mendieta o a Rivaldo, pero con una valoración mucho más superficial. Pero cuando alcanzas capacidad crítica (esa que supuestamente te aporta la Universidad), te das cuenta de que igual no eran para tanto. Pero a Cesc lo sigo desde que debutó con 16 tacos en el Arsenal -es lo que tiene haberse criado con la TV los fines de semana en Estadio2-, y siempre me ha maravillado por esa figura de centrocampista total en la que se ha convertido. Porque conjuga la técnica y la visión de juego propia de la Masía, de la que ahora son estandartes Xavi e Iniesta, herederos a su vez de Guardiola y Bakero, con el talento, la determinación, el liderazgo y la seguridad de los grandes ‘8’ ingleses, como Lampard o Gerrard (vale, y no sé cómo enlazarlo con Zidane, del que pienso que ha heredado ese último pase genial).
Soy consciente de que Xavi es, en la actualidad, el mejor centrocampista del mundo, algo que ha alcanzado en el apogeo de su trayectoria (impecable y ejemplar), pero lo ha conseguido con 28 años. Cesc, con 7 años menos, es el capitán de uno de los 8 mejores equipos de Europa, y posee distinciones individuales (Golden Boy, o los títulos de Máximo Goleador y Mejor Jugador del Mundial sub-17), -que Xavi no ha obtenido- que auguran que acabará superando los registros y cualidades de éste, y que será el heredero del mando del Barça (o el año que viene, que hay elecciones, o cuando se vaya Henry, o el propio Xavi).
Sí, sé que es innecesaria una comparación entre ambos, pero creo que es imprescindible -y una obligación moral para los que nos gusta el fútbol de toque, algo que sólo hacen Barça y Arsenal, y la España de la Eurocopa- que, siempre que se pueda, estos dos tipos jueguen juntos. E Iniesta, cuando se recupere, también.. Por el bien del fútbol. Por el disfrute universal. Para resignar y silenciar a todos los madridistas a los que se le llena la boca con macarras-chic como CR9, o peloteros sectarios como Kaká…
PD: Madre mía, qué gozadas tanto el ‘baby’ Arsenal como el Barça de Guardiola. Eso es FÚTBOL, y lo demás son pachangas. Y el Madrid, no sé si alcanza esa categoría siquiera.