Es que no salgo de mi asombro. Y de verdad que lo intento, (ser imparcial), pero es que no puedo… ¿Dónde tiene el talento esta mujer?
No me puedo creer que haya tanta gente en España (sobre 40.000 personas en Barcelona, otras tantas en Madrid, y pongamos sobre 30.000 en Zaragoza, sumadas a las que la vio el año pasado en Sevilla y Valencia), dispuesta a pagar 109€ por una entrada para ver a una tía que baila coreografías sobre un playback tan cantoso que asustaría a Evaristo Risto Mejide. Supongo que la comunidad gay española (y la ochentera, y la del resto de fans de esta señora) me estará odiando ahora mismo, pero es que no entiendo tanta adoración por una mujer cuyo mayor mérito es conservarse ágil a los 51 años. Porque vale, Sharon Stone se conserva estupendísima, pero no sé si aguantaría tanto baile como la Ciccone.
Supongo que tras una serie de eventos como éste, mucha gente estará pregonando a los cuatro vientos esto. Aún así, pasa siempre: cada vez que un acontecimiento de estas magnitudes llega a tu ciudad, mucha gente acude, aunque no conozca apenas la discografía del artista en cuestión (en este caso, artista ¿celebrity?). Pasó con U2, pasará con Bruce Springsteen y no diremos nada. Es un acontecimiento en el que se ve a la yé-sé entrando por la cara como invitados a un espectáculo, mientras el resto de los mortales se deja un pastón para no más de 2h, en el que te atracan si te acercas a una barra. Por ejemplo, ¿qué pintaba entrando por la puerta VIP del Calderón Belén Esteban? A ver, la «imitación» (buscadlo vosotr@s, que a mí me da repelús…) del «Hung up» estaba lograda, pero hay un paso. Por ejemplo, en SLQH estaba Berta Collado viendo quién entraba, y vamos, que de esa gente que se ve que lo más musical que tienen en casa es el CD del Opening…y los politonos en el móvil.
Hasta aquí podéis decirme: «Tío, lo tuyo son prejuicios». Puede ser verdad, pero es que lo único que ha tenido esta tía en su vida ha sido acierto empresario-comercial, sacándole el máximo provecho a la música pop. De hecho, es la «artista» que más dinero ha ganado el año anterior (79 millones de €). Ha tenido olfato para agenciarse a los mejores productores de cada temporada para sacarse hits de debajo de la manga, (fuese Timbaland, Justin Timberlake) pero nada más. Su trayectoria no es coherente ni meritoria, sólo tiene algunas canciones acertadas (negar que Frozen es una mala canción sería una herejía) salpicando discos infumables.
Si la enfrentamos con otras pop-stars, veremos que, por ejemplo, Kylie encadena discos en una línea electrónica-sexy que tienen sentido si los escuchas seguidos; Christina Aguilera tiene un pedazo de vozarrón versátil, que te vale tanto para un roto como para un descosido; Mariah Carey o Beyoncé (incluso Britney Spears), además de su exuberancia, hacen palidecer a la «Reina del Pop» tanto en baladas como en hits urban-bailables; Nelly Furtado o Shakira destacan tanto en composición como en interpretación, ya sea tirando de sus raíces latinas como intentando abarcar el mercado estadounidense; y por supuesto, Madonna suena ridícula si se compara con Norah Jones o Alicia Keys.
Sin embargo, la que se lleva más cuartos a la saca es esta avispada, que se siente con fuerzas con abarcar otros ámbitos como el cine (al igual que muchas de las anteriores nombradas, pero con resultados pésimos -de hecho, Antena3 la ha programado en su categoría de «pelis-cutres-Multicine-de-fin-de-semana-de-verano»-) o…la literatura infantil. ¿Pero qué mente enferma puede querer comprar un cuento escrita por ella? Porque lo del libro «Sex» con fotos calentorras suyas convencerá a algunos salidos, pero lo de los cuentos infantiles es que roza lo esperpéntico.
Pero, por si no fuera poco, ¿por qué en esta gira en estos últimos conciertos, ha sacado a un bailarín a imitar a Michael Jackson? Esto no se llama «Homenaje», sino «OPORTUNISMO» barato. Como el de los medios de comunicación, que la consideran noticia de «titulares» o «portada», cuando en todo el año no dedican apenas columnas a hablar de música.
Le recomendaría encarecidamente a la gente que haya ido a sus conciertos, que dedicasen ese dinero a asistir a festivales como el Paredes de Coura, Contempopranea, o cualquier otro de estas fechas, ya que con el dinero de la entrada de Madonna y de la birra de rigor, se habrían pagado el abono del festival completo con transporte incluido…
No obstante, le agradezco a Madonna un momento mítico:
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